Theophrastus, discípulo de Aristóteles, se refirió a la trufa en el año 500 aC como “un fenómeno natural de gran complejidad, una de las más extrañas plantas, sin raíz, tallo, fibra, ramas, brotes, hojas, o una flor.” Crecen completamente fuera de la vista, debajo de la superficie de la tierra, y nadie puede predecir exactamente dónde van a crecer, ni cuándo.
Son conocidas y apreciadas desde la antigüedad. Los griegos y romanos ya comerciaban con ellas. Plinio las consideraba “hijas de los truenos” porque las cosechas eran más abundantes cuando el otoño era muy lluvioso y con fuertes tormentas.
Los romanos las denominaban “tuber”, que en latín significa “joroba”, “tumor”, probablemente por el abultamiento que hacen en la tierra al madurar, y de “tuber” deriva el nombre de “trufa”.
Criadillas agrupadas
No se les debería llamar trufas, induce a confusión a los consumidores. Gastronómicamente, no tiene nada que ver una Tuber melanosporum con ninguna de estas “trufas del desierto” y su utilización en la cocina es totalmente distinta. Mientras las trufas verdaderas se utilizan para aromatizar los platos, las “trufas del desierto” no tienen ningún aroma y se comen como cualquier otro hongo.
Con el nombre de “trufas del desierto” se denominan varias especies de hongos, que maduran bajo tierra, pertenecientes a los géneros Delastria, Picoa, Terfezia, Tirmania, Loculotuber y Tuber.
Crecen en climas áridos y semiáridos. Muy apreciadas en los paises árabes, podemos encontrarlas en los mercados de Marruecos con el nombre común de terfass (terfess o terfez). La mayoría se recolectan en primavera.
Tuberaria guttata, flor indicativa de la Terfezia leptodema.
Las Terfezias o trufas del desierto suelen vivir asociadas con spp. de Helianthemum y otras plantas como Cistus, Avena, y Pinus.
Fuentes:
http://trufasdeldesierto.com/
Fuentes:
http://trufasdeldesierto.com/
http://trufasdeldesierto.com/que-son-las-trufas-del-desierto/